sábado, 15 de diciembre de 2007

VERDADERO SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD




Sobre el simbolismo de la Navidad... es claro que éste es un evento maravilloso, sobre el cual urge meditar profundamente.El Sol, cada año, realiza un viaje elíptico que comienza desde el 25 de diciembre en adelante. Luego regresa otra vez hacia el Polo Sur, hacia la zona donde está la Antártida. Por eso, precisamente, vale que reflexionemos en su honda significación.Por estos tiempos comienza el frío, aquí en el Norte, debido precisamente a que el Sol se está alejando hacia las regiones australes, y el 24 de diciembre el Sol habrá llegado al máximum, en su viaje hacia el Sur. Si no fuera porque el Sol avanza hacia el Norte, desde el 25 de diciembre en adelante, moriríamos de frío, la Tierra entera se convertiría en una mole de hielo y perecería, realmente, toda criatura, todo aquello que tenga vida. Así, pues, bien vale la pena que reflexionemos en el acontecimiento de la Navidad...El Cristo-Sol debe avanzar para darnos su vida, y en el equinoccio de la primavera se crucifica en la Tierra; entonces madura la uva y el trigo. Y es precisamente en la primavera cuando debe el Señor pasar por su vida, pasión y muerte, para luego resucitar (la Semana Santa es en primavera). El Sol físico no es más que un símbolo del Sol espiritual, del Cristo-Sol. Cuando los antiguos adoraban al Sol, cuando le rendían culto, no se referían propiamente al Sol físico. No, se le rendía culto al Sol espiritual, al Sol de la medianoche, al Cristo-Sol.Incuestionablemente, es el Cristo-Sol quien debe guiarnos en los mundos superiores de conciencia cósmica. Todo místico que aprende a funcionar fuera del cuerpo físico a voluntad es guiado por el Sol de la medianoche, por el Cristo Cósmico.Es necesario aprender a conocer los movimientos simbólicos del Sol de la medianoche. Él es quien guía siempre al iniciado, él es quien nos orienta, él es quien nos indica lo que debemos y no debemos hacer. En el sentido esotérico más profundo, teniendo en cuenta que todo iniciado sabe salir del cuerpo físico a voluntad.Desde que uno está en la Senda tiene que guiarse por el Sol de la medianoche, por el Cristo-Sol, aprender a conocer sus señales, sus movimientos. Si uno lo ve, por ejemplo, hundirse allá en el ocaso, ¿qué nos está indicando?. Sencillamente, que algo debe morir en nosotros. Si uno lo ve surgir por el oriente, ¿qué nos dice eso?. Que algo debe nacer en nosotros...Cuando salimos bien en las pruebas esotéricas, él brilla en toda su plenitud (en el horizonte). El Señor nos orienta en los mundos superiores, y uno tiene que aprender, pues, a conocer sus señales.Dubuy, y muchos otros, han estudiado el maravilloso acontecimiento de la Navidad. No hay duda (y eso lo reconoce Dubuy) de que todas las religiones de la antigüedad celebraron la Navidad... Así como el Sol físico avanza hacia el Norte, para dar vida a toda la creación, así también el Sol de la medianoche, el Sol del espíritu, el Cristo-Sol, nos da vida si nosotros aprendemos a cumplir con sus mandamientos.En las sagradas escrituras, obviamente, se habla del acontecimiento solar (y hay que saberlo entender entre líneas). Cada año se vive, en el macrocosmos, todo el drama cósmico del Cristo-Sol (cada año, repito). Téngase en cuenta que el Cristo-Sol debe crucificarse cada año en el mundo, vivir todo su drama de la vida, pasión y muerte, para luego resucitar en todo lo que es, ha sido y será, es decir, en todo lo creado. Así es como todos recibimos la vida del Cristo-Sol. También es cierto que cada año el Sol, al alejarse por las regiones australes, nos deja aquí en el Norte tristes, pues él va a dar la vida a otras partes. Las noches largas del invierno son fuertes; en tiempo de Navidad, los días son cortos y las noches largas.Conviene que entendamos lo que es, ciertamente, el drama cósmico. Se hace necesario que en nosotros también nazca el Cristo-Sol (él debe nacer en nosotros).En las sagradas escrituras se habla claramente de "Belén" y de un "establo" donde él nace. Ese "establo" de "Belén" está dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Precisamente, en ese "establo interior" moran los animales del deseo, todos esos "Yoes" pasionarios que cargamos en nuestra psiquis; eso es obvio. Belén mismo, es un nombre esotérico.En tiempos en que el Gran Kabir Jesús vino al mundo, la aldea de Belén no existía.De manera que eso es completamente simbólico. Bel es una raíz caldea que significa "Torre del Fuego". De manera que, propiamente dicho, "Belén" es "Torre de Fuego". ¿Quién podría ignorar que BEL es un término caldeo que corresponde, precisamente, a la Torre de Bel, la Torre del Fuego?. Así, pues, Belén es simbólico completamente.Cuando el Iniciado trabaja con el Fuego Sagrado, cuando el Iniciado elimina de su naturaleza íntima los "agregados psíquicos", cuando en verdad está realizando la Gran Obra, indubitablemente ha de pasar por la Iniciación Venusta.El descenso del Cristo al corazón del hombre, es un acontecimiento cósmico-humano de gran trascendencia. Tal evento corresponde, en verdad, a la iniciación venusta.Muchos suponen que el Cristo, exclusivamente, fue Jesús de Nazareth, y están equivocados. Jesús de Nazareth como hombre, o mejor dijéramos, Jeshuá Ben Pandirá como hombre, recibió la iniciación venusta, lo encarnó; mas no es el único que haya recibido tal Iniciación.Así pues que, debemos entender al Cristo como es: no como una persona, no como un sujeto. El Cristo está más allá de la personalidad, del "Yo" y de la individualidad; el Cristo, en esoterismo auténtico, es el Logos, el Logos Solar, representado por el Sol. Ahora comprenderemos por que los incas adoraban al Sol, los nahuas le rendían culto al Sol, los mayas lo mismo, los egipcios idénticamente, etc.No se trata de la adoración a un Sol físico, no, sino a lo que oculta tras ese símbolo físico. Obviamente, se adoraba al Logos Solar, al Segundo Logos. Ese Logos Solar es unidad múltiple perfecta (la variedad es unidad).En el mundo del Cristo Cósmico, la individualidad separada no existe; en el Señor, todos somos Uno....El Cristo íntimo debe salvarnos, pero salvarnos desde adentro a todos nosotros. Quienes aguardan la venida de Jesús de Nazareth para un remoto futuro, están equivocados. El Cristo debe venir ahora, desde adentro; la segunda venida del Señor es desde adentro, desde el fondo mismo de la conciencia. Por eso está escrito lo que él dijo: "Si oyeres a alguien diciendo que en la plaza pública está el Cristo, no creáis. Y si os dijeran: está allí en el templo, predicando, no creáis...". Es que el Señor no vendrá esta vez desde afuera, sino desde adentro; vendrá desde el fondo mismo de nuestro corazón, si nosotros nos preparamos.Pablo lo aclara, diciendo: "De su virtud tomamos todos gracia por gracia"; entonces, hay documentación. Si uno se estudia cuidadosamente a Pablo de Tarso, veremos que rara vez alude (él) al Cristo histórico. Cada vez que Pablo de Tarso habla sobre Jesucristo, se refiere al Jesucristo Interior, al Jesucristo Íntimo, que debe surgir en el fondo de nuestro espíritu, de nuestra alma. (1)En tanto un hombre no lo haya encarnado, no puede decirse que posee la vida eterna. Sólo él puede, verdaderamente, darnos vida, y dárnosla en abundancia. Así, pues, debemos ser menos dogmáticos y aprender a pensar en el Cristo Íntimo... ¡Eso es grandioso!

Que Nuestro Señor Jesucristo con su Nacimiento bendiga a nuestro Seminario y que el resplandor de aquel que es la Luz del Mundo ilumine la vida de todos los cristianos, para que poco a poco sigamos construyendo el Reino de Dios en la tierra y un día gocemos eternamente de esa Luz que nace de lo alto, Cristo Jesús.
Son los más sinceros deseos de sus hermanos, los Seminaristas de Guadalajara
¡FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO!

sábado, 24 de noviembre de 2007

FIESTA DE CRISTO REY DEL UNIVERSO





ÚLTIMO DOMINGO DEL AÑO LITURGICO

Cristo es el Rey del universo y de cada uno de nosotros. Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz.
Un poco de historia
La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey. Posteriormente se movió la fecha de la celebración dándole un nuevo sentido. Al cerrar el año litúrgico con esta fiesta se quiso resaltar la importancia de Cristo como centro de toda la historia universal. Es el alfa y el omega, el principio y el fin. Cristo reina en las personas con su mensaje de amor, justicia y servicio. El Reino de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres. Con la fiesta de Cristo Rey se concluye el año litúrgico. Esta fiesta tiene un sentido escatólogico pues celebramos a Cristo como Rey de todo el universo. Sabemos que el Reino de Cristo ya ha comenzado, pues se hizo presente en la tierra a partir de su venida al mundo hace casi dos mil años, pero Cristo no reinará definitivamente sobre todos los hombres hasta que vuelva al mundo con toda su gloria al final de los tiempos, en la Parusía. Si quieres conocer lo que Jesús nos anticipó de ese gran día, puedes leer el Evangelio de Mateo 25,31-46. En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.Jesús nos habla de las características de su Reino a través de varias parábolas en el capítulo 13 de Mateo: “es semejante a un grano de mostaza que uno toma y arroja en su huerto y crece y se convierte en un árbol, y las aves del cielo anidan en sus ramas”; “es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda”; “es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo”; “es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra”. En ellas, Jesús nos hace ver claramente que vale la pena buscarlo y encontrarlo, que vivir el Reino de Dios vale más que todos los tesoros de la tierra y que su crecimiento será discreto, sin que nadie sepa cómo ni cuándo, pero eficaz. La Iglesia tiene el encargo de predicar y extender el reinado de Jesucristo entre los hombres. Su predicación y extensión debe ser el centro de nuestro afán vida como miembros de la Iglesia. Se trata de lograr que Jesucristo reine en el corazón de los hombres, en el seno de los hogares, en las sociedades y en los pueblos. Con esto conseguiremos alcanzar un mundo nuevo en el que reine el amor, la paz y la justicia y la salvación eterna de todos los hombres. Para lograr que Jesús reine en nuestra vida, en primer lugar debemos conocer a Cristo. La lectura y reflexión del Evangelio, la oración personal y los sacramentos son medios para conocerlo y de los que se reciben gracias que van abriendo nuestros corazones a su amor. Se trata de conocer a Cristo de una manera experiencial y no sólo teológica. Acerquémonos a la Eucaristía, Dios mismo, para recibir de su abundancia. Oremos con profundidad escuchando a Cristo que nos habla. Al conocer a Cristo empezaremos a amarlo de manera espontánea, por que Él es toda bondad. Y cuando uno está enamorado se le nota.El tercer paso es imitar a Jesucristo. El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros. Por último, vendrá el compromiso apostólico que consiste en llevar nuestro amor a la acción de extender el Reino de Cristo a todas las almas mediante obras concretas de apostolado. No nos podremos detener. Nuestro amor comenzará a desbordarse.Dedicar nuestra vida a la extensión del Reino de Cristo en la tierra es lo mejor que podemos hacer, pues Cristo nos premiará con una alegría y una paz profundas e imperturbables en todas las circunstancias de la vida. A lo largo de la historia hay innumerables testimonios de cristianos que han dado la vida por Cristo como el Rey de sus vidas. Un ejemplo son los mártires de la guerra cristera en México en los años 20’s, quienes por defender su fe, fueron perseguidos y todos ellos murieron gritando “¡Viva Cristo Rey!”. La fiesta de Cristo Rey, al finalizar el año litúrgico es una oportunidad de imitar a estos mártires promulgando públicamente que Cristo es el Rey de nuestras vidas, el Rey de reyes, el Principio y el Fin de todo el Universo.

lunes, 19 de noviembre de 2007

GANADORES DE LA X SEMANA CULTURAL DEL SEMINARIO DE GUADALAJARA


En la ceremonia de clausura de la X Semana Cultural dedicada a S.E.R. Card. Juan Sandoval Iñiguez, se presentó un video sobre la vocación realizado por DEPACOM (Departamento de Pastoral y Comunicación) y se llevo a cabo la premiación a los ganadores de los concursos realizados en dicha semana.
Cabe destacar a nuestros compañeros José Horacio Toscano González, el cual fue el primer lugar de Oratoria y Ricardo López Díaz primer lugar en Poesía, segundo lugar en Oratoria y segundo lugar en Ensayo Periodístico, ambos compañeros de Tercero de Filosofía. ¡En horabuena!
Terminada la premiación su Eminencia dirigió unas palabras en las cuales invito a los Seminaristas y Sacerdotes a descubrir y redescubrir los dones que la Providencia Divina ha puesto en cada uno de ellos así como la urgencia de ponerlos al servicio de la sociedad.

“NO HAGAN DE LA CASA DE MI PADRE CUEVA DE LADRONES” (Cfr. Mt. 21,13)


Reciban un saludo cordial y los mejores deseos para su persona y sus actividades que deben ser siempre para el beneficio de la sociedad.

Nos dirigimos a su ustedes con respeto, pero con un profundo sentimiento de vergüenza, de impotencia y de coraje. Han de estar enterados de los sucesos del pasado domingo 18 de este mes del año en curso, que se suscitaron en la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de México, en la capital de la República. Son actos que para un mexicano dan vergüenza, hacen a uno reflexionar sobre la capacidad de gobernabilidad que se vive en esa capital y por consiguiente en la república mexicana. No hay seguridad en esa ciudad, ni para la libre expresión del culto, ni para las garantías de las personas que con fervor oran al Dios como todos nosotros católicos.

Como ciudadanos respetamos la opinión del Señor Obrador, pues es libre de expresión, respetamos a sus simpatizantes, muchos de ellos gente humilde, marginados sociales, personas ignorantes, personas débiles que con un lonche y doscientos pesos son alegres “siguiendo” el “ideal legitimo” de López Obrador; pero en lo que no estamos de acuerdo es que este grupo de “perredistas” con su cabeza el Señor Obrador pisoteen el derecho de terceros a la libertad de culto, no comulgamos con la falta de tolerancia que se hace practica y se concretiza en hechos vandálicos como los del domingo que esperamos se les castigue.

Había una valla de granaderos pero no hicieron nada, nos preguntamos: ¿a que estamos jugando?, ¿porque las autoridades capitalinas y federales no ponen un alto a las ofensas que se dirigen en contra del Cardenal Rivera y en contra de la Iglesia Católica en el D.F.?, ¿Qué a caso la libertad de expresión se vale hasta para seguir calumniando a una o varias personas?, ¿queremos a caso otra persecución religiosa?.

Hacemos un llamado a las autoridades capitalinas y federales, no para que defiendan a una Iglesia, sino para que defiendan como representantes legítimos de miles de ciudadanos, el derecho a la libertad de culto, el derecho mismo de la dignidad de la persona; que la autoridades no se vendan, que no le den la espalda a los miles de ciudadanos que confiamos en su capacidad de liderazgo, liderazgo que ha de ser signo y factor de unidad y fraternidad.

La comunidad Católica esta dolida, perdona las ofensas, pero no se calla ante la injusticia, “los pueblos dignos no soportan cadenas”. Pedimos que no se este desviando la atención a los verdaderos problemas nacionales, como lo son: el muro divisorio que construye el país vecino, la falta de una verdadera educación básica y la pérdida de la gobernabilidad en muchos sectores sociales.
Que el poder no se fetichice, no olvidemos que el pueblo pone toda su confianza en personas que por no haber sido elegidas no estuvieran en la silla que están y cobrando tanto dinero.

Esperamos una pronta solución y pedimos que las autoridades reflexionen estos problemas como los del domingo pasado, que no son tan aislados y que pueden ocasionar un conflicto mayor, pongan un alto ya al Señor Obrador, no es posible que cuando quiera pueda pisotear las instituciones escudándose en un derecho de manifestación que a vista de todos se ha convertido en terrorismo y en ataques masivos al estado de derecho.

José Horacio Toscano González www.horaciosem.blogspot.com
César Gerardo Ramírez Flores www.digorkaisa.blogspot.com
Seminaristas Diocesanos de Guadalajara

viernes, 16 de noviembre de 2007

LA CULTURA EN EL SEMINARIO DE GUADALAJARA

Con gran jubilo se llevó a cabo del 12 al 16 de noviembre la X Semana Cultural Premio "José Ruiz Medrano" en la Casa Mater del Seminario dedicada este año al Sr. Cardenal Juan Sandoval Iñiguez por su Aureo Jubileo Sacerdotal.
Entre las actividades mas destacadas estan los concursos, entre los que figuran el de Oratoria, Diseño digital, Artes plasticas, Cuento, Poesia, Fotografía y Composición musical.
Se tuvo la presencia de la Orquesta Juvenil de Zapopan, el Coro del Estado de Jalisco, el Mariachi "Viva Jalisco", el Club Deportivo Guadalajara (CHIVAS) en un partido contra los formadores y seminaristas y el Coro de infantes de Catedral que acompañó la Eucaristía de Clausura.
El Sr. Cardenal presidió esta Misa de clausura seguido de una cena y la premiación a los ganadores de las distintas categorías.
Listos para la próxima edición de la Semana Cultural el año entrante, nos preparamos en sabiduría y cultura, y además ¡Felicidades a los ganadores!

miércoles, 7 de noviembre de 2007

50 AÑOS DE ENTREGA

El pasado 27 de octubre en punto de las 6:00pm en el Estadio Tres de Marzo se llevo a cabo la Solemne Concelebración Eucarística convocada para celebrar los cincuenta años de servicio pastoral del Emmo. Sr. Cardenal Juan Sandoval Iñiguez.
En una celebracion emotiva con la presencia de la imagen del Señor del Encino, procedente de Yahualica-tierra de su Eminencia- y de la imagen de la Virgen de Zapopan, se congregaron dos cardenales, 41 obispos,un buen número del presbiterio de Guadalajara, el Seminario Diocesano, congregaciones religiosas y miles de fieles que se unieron en oracion y alegria a los festejos jubilares. Terminada la Eucaristia el publico estallo en aplausos seguido de un espectaculo de fuegos pirotecnicos y una verbena popular. ¡Dios bendiga a nuestro pastor!

viernes, 2 de noviembre de 2007

A soplar...

Como la frase que esta al principio de este video, debemos de estar juntos en la adversidad, así, uniendo nuestras fuerzas podemos más y logramos construir un mundo mejor, tanto para nosostros como para los demás... así que a soplar contrario lo que nos perjudica!

La vez del "Comando Cobra"


De vez en cuando se nos ocurre pedir canciones...Y vieran como nos va!, en fín, lo que vale es que en los momentos tanto de trabajo como de diversión, hay que estar unidos en la fraternidad; así, el trabajo mas pesado se hace ligero y las alegrias se multiplican al por mayor, y mucho mas sabiendo que Jesucristo tambien esta en el hermano... En la foto (de izq. a der.) Omar Adrián "Ameca", César "Digor" y Luis Ernesto "Wilson" Durante la X Semana Cultural del Seminario de Guadalajara 2006.

Tercero de Filosofía. Seminario Mayor de Guadalajara


Este es mi grupo, con el cual llevo seis años...Dios nos conceda llegar al sacerdocio...cabe destacar que fue la mejor foto...saludos a mis compañeros de Tercero de Filosofía, en especial a nuestros Padres Formadores: el Pbro. Guillermo y el Pbro. Fernando.

miércoles, 31 de octubre de 2007


Ser Sacerdote es algo sobrenatural, a pesar que el mundo lo vea con burla y escandalo, el sacerdote es Alter Christus y esta para servir al pueblo de Dios... y para eso nos preparamos, para ser como el Maestro...

En Cristo está mi luz... sólo en él esta mi esperanza...

martes, 30 de octubre de 2007

Mensaje del Santo Padre


MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO क्स्वी A LOS JÓVENES DEL MUNDO CON OCASIÓN DE LA XXII JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2007
“Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 13,34)

Queridos jóvenes:
Con ocasión de la XXII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en las diócesis el próximo Domingo de Ramos, quisiera proponer para vuestra meditación las palabras de Jesús: “Amaos unos a otros como yo os he amado” (cf. Jn 13,34).
¿Es posible amar?
Toda persona siente el deseo de amar y de ser amado. Sin embargo, ¡qué difícil es amar, cuántos errores y fracasos se producen en el amor! Hay quien llega incluso a dudar si el amor es posible. Las carencias afectivas o las desilusiones sentimentales pueden hacernos pensar que amar es una utopía, un sueño inalcanzable, ¿habrá, pues, que resignarse? ¡No! El amor es posible y la finalidad de este mensaje mío es contribuir a reavivar en cada uno de vosotros, que sois el futuro y la esperanza de la humanidad, la fe en el amor verdadero, fiel y fuerte; un amor que produce paz y alegría; un amor que une a las personas, haciéndolas sentirse libres en el respeto mutuo. Dejadme ahora que recorra con vosotros, en tres momentos, un itinerario hacia el “descubrimiento” del amor.
Dios, fuente del amor
El primer momento hace referencia a la única fuente del amor verdadero, que es Dios. San Juan lo subraya bien cuando afirma que “Dios es amor” (1 Jn 4,8.16); con ello no quiere decir sólo que Dios nos ama, sino que el ser mismo de Dios es amor. Estamos aquí ante la revelación más esplendorosa de la fuente del amor que es el misterio trinitario: en Dios, uno y trino, hay una eterna comunicación de amor entre las personas del Padre y del Hijo, y este amor no es una energía o un sentimiento, sino una persona: el Espíritu Santo.
La Cruz de Cristo revela plenamente el amor de Dios
¿Cómo se nos manifiesta Dios-Amor? Estamos aquí en el segundo momento de nuestro itinerario. Aunque los signos del amor divino ya son claros en la creación, la revelación plena del misterio íntimo de Dios se realizó en la Encarnación, cuando Dios mismo se hizo hombre. En Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, hemos conocido el amor en todo su alcance. De hecho, “la verdadera originalidad del Nuevo Testamento –he escrito en la Encíclica Deus caritas est– no consiste en nuevas ideas, sino en la figura misma de Cristo, que da carne y sangre a los conceptos: un realismo inaudito” (n. 12). La manifestación del amor divino es total y perfecta en la Cruz, como afirma san Pablo: “La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rm 5,8). Por tanto, cada uno de nosotros, puede decir sin equivocarse: “Cristo me amó y se entregó por mí” (cf. Ef 5,2). Redimida por su sangre, ninguna vida humana es inútil o de poco valor, porque todos somos amados personalmente por Él con un amor apasionado y fiel, con un amor sin límites. La Cruz, locura para el mundo, escándalo para muchos creyentes, es en cambio “sabiduría de Dios” para los que se dejan tocar en lo más profundo del propio ser, “pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Co 1,24-25). Más aún, el Crucificado, que después de la resurrección lleva para siempre los signos de la propia pasión, pone de relieve las “falsificaciones” y mentiras sobre Dios que hay tras la violencia, la venganza y la exclusión. Cristo es el Cordero de Dios, que carga con el pecado del mundo y extirpa el odio del corazón del hombre. Ésta es su verdadera “revolución”: el amor.
Amar al prójimo como Cristo nos ama
Llegamos aquí al tercer momento de nuestra reflexión. En la Cruz Cristo grita: “Tengo sed” (Jn 19,28), revelando así una ardiente sed de amar y de ser amado por todos nosotros. Sólo cuando percibimos la profundidad y la intensidad de este misterio nos damos cuenta de la necesidad y la urgencia de que lo amemos “como” Él nos ha amado. Esto comporta también el compromiso, si fuera necesario, de dar la propia vida por los hermanos, apoyados por el amor que Él nos tiene. Ya en el Antiguo Testamento Dios había dicho: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18), pero la novedad de Cristo consiste en el hecho de que amar como Él nos ha amado significa amar a todos, sin distinción, incluso a los enemigos, “hasta el extremo” (cf. Jn 13,1).
Testigos del amor de Cristo
Quisiera ahora detenerme en tres ámbitos de la vida cotidiana en los que vosotros, queridos jóvenes, estáis llamados de modo particular a manifestar el amor de Dios. El primero es la Iglesia, que es nuestra familia espiritual, compuesta por todos los discípulos de Cristo. Siendo testigos de sus palabras – “La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros” (Jn 13,35) –, alimentad con vuestro entusiasmo y vuestra caridad las actividades de las parroquias, de las comunidades, de los movimientos eclesiales y de los grupos juveniles a los que pertenecéis. Sed solícitos en buscar el bien de los demás, fieles a los compromisos adquiridos. No dudéis en renunciar con alegría a algunas de vuestras diversiones, aceptad de buena gana los sacrificios necesarios, dad testimonio de vuestro amor fiel a Cristo anunciando su Evangelio especialmente entre vuestros coetáneos.
Prepararse para el futuro
El segundo ámbito, donde estáis llamados a expresar el amor y a crecer en él, es vuestra preparación para el futuro que os espera. Si sois novios, Dios tiene un proyecto de amor sobre vuestro futuro matrimonio y vuestra familia, y es esencial que lo descubráis con la ayuda de la Iglesia, libres del prejuicio tan difundido según el cual el cristianismo, con sus preceptos y prohibiciones, pone obstáculos a la alegría del amor y, en particular, impide disfrutar plenamente esa felicidad que el hombre y la mujer buscan en su amor recíproco. El amor del hombre y de la mujer da origen a la familia humana y la pareja formada por ellos tiene su fundamento en el plan original de Dios (cf. Gn 2,18-25). Aprender a amarse como pareja es un camino maravilloso, que sin embargo requiere un aprendizaje laborioso. El período del noviazgo, fundamental para formar una pareja, es un tiempo de espera y de preparación, que se ha de vivir en la castidad de los gestos y de las palabras. Esto permite madurar en el amor, en el cuidado y la atención del otro; ayuda a ejercitar el autodominio, a desarrollar el respeto por el otro, características del verdadero amor que no busca en primer lugar la propia satisfacción ni el propio bienestar. En la oración común pedid al Señor que cuide y acreciente vuestro amor y lo purifique de todo egoísmo. Non dudéis en responder generosamente a la llamada del Señor, porque el matrimonio cristiano es una verdadera y auténtica vocación en la Iglesia. Igualmente, queridos y queridas jóvenes, si Dios os llama a seguirlo en el camino del sacerdocio ministerial o de la vida consagrada, estad preparados para decir “sí”. Vuestro ejemplo será un aliciente para muchos de vuestros coetáneos, que están buscando la verdadera felicidad.
Crecer en el amor cada día
El tercer ámbito del compromiso que conlleva el amor es el de la vida cotidiana en sus diversos aspectos. Me refiero sobre todo a la familia, al estudio, al trabajo y al tiempo libre. Queridos jóvenes, cultivad vuestros talentos no sólo para conquistar una posición social, sino también para ayudar a los demás “a crecer”. Desarrollad vuestras capacidades, no sólo para ser más “competitivos” y “productivos”, sino para ser “testigos de la caridad”. Unid a la formación profesional el esfuerzo por adquirir conocimientos religiosos, útiles para poder desempeñar de manera responsable vuestra misión. De modo particular, os invito a profundizar en la doctrina social de la Iglesia, para que sus principios inspiren e iluminen vuestra actuación en el mundo. Que el Espíritu Santo os haga creativos en la caridad, perseverantes en los compromisos que asumís y audaces en vuestras iniciativas, contribuyendo así a la edificación de la “civilización del amor”. El horizonte del amor es realmente ilimitado: ¡es el mundo entero!
“Atreverse a amar” siguiendo el ejemplo de los santos
Queridos jóvenes, quisiera invitaros a “atreverse a amar”, a no desear más que un amor fuerte y hermoso, capaz de hacer de toda vuestra vida una gozosa realización del don de vosotros mismos a Dios y a los hermanos, imitando a Aquél que, por medio del amor, ha vencido para siempre el odio y la muerte (cf. Ap 5,13). El amor es la única fuerza capaz de cambiar el corazón del hombre y de la humanidad entera, haciendo fructíferas las relaciones entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres, entre culturas y civilizaciones. De esto da testimonio la vida de los Santos, verdaderos amigos de Dios, que son cauce y reflejo de este amor originario. Esforzaos en conocerlos mejor, encomendaos a su intercesión, intentad vivir como ellos. Me limito a citar a la Madre Teresa que, para corresponder con prontitud al grito de Cristo “Tengo sed”, grito que la había conmovido profundamente, comenzó a recoger a los moribundos de las calles de Calcuta, en la India. Desde entonces, el único deseo de su vida fue saciar la sed de amor de Jesús, no de palabra, sino con obras concretas, reconociendo su rostro desfigurado, sediento de amor, en el rostro de los más pobres entre los pobres. La Beata Teresa puso en práctica la enseñanza del Señor: “Cada vez que lo hicisteis a uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40). Y el mensaje de esta humilde testigo del amor se ha difundido por el mundo entero.
El secreto del amor
Cada uno de nosotros, queridos amigos, puede llegar a este grado de amor, pero solamente con la ayuda indispensable de la gracia divina. Sólo la ayuda del Señor nos permite superar el desaliento ante la tarea enorme por realizar y nos infunde el valor de llevar a cabo lo que humanamente es impensable. La gran escuela del amor es, sobre todo, la Eucaristía. Cuando se participa regularmente y con devoción en la Santa Misa, cuando se transcurre en compañía de Jesús eucarístico largos ratos de adoración, es más fácil comprender lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo de su amor, que supera todo conocimiento (cf. Ef 3,17-18). Además, el compartir el Pan eucarístico con los hermanos de la comunidad eclesial nos impulsa a convertir “con prontitud” el amor de Cristo en generoso servicio a los hermanos, como lo hizo la Virgen con Isabel.
Hacia el encuentro de Sydney
A este respecto, resulta iluminadora la exhortación del apóstol Juan: “Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad” (1 Jn 3,18-19). Queridos jóvenes, con este espíritu os invito a vivir la próxima Jornada Mundial de la Juventud junto con vuestros Obispos en las propias diócesis. Ésta representará una etapa importante hacia el encuentro de Sydney, cuyo tema será: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos”(cf. Hch 1,8). María, Madre de Cristo y de la Iglesia, os ayude a hacer resonar en todas partes el grito que ha cambiado el mundo: “¡Dios es amor!”. Os acompaño con la oración y os bendigo de corazón.
Vaticano, 27 de enero de 2007
Benedicto XVI